El enagrama es, como ya hemos dicho, una herramienta para el autodescubrimiento. ¿Qué quiere decir esto?

En esencia, el eneagrama es un círculo de nueve puntas. En cada una de ellas vemos un número, que se asocia a un tipo de personalidad. Un arquetipo definido con el que puedes sentirte identificado en menor o mayor medida. Aunque todos tenemos un poco de cada número, uno de ellos resulta «dominante» en nuestra vida. Es decir, nos representa con mayor intensidad.

A través de estos arquetipos, podemos explorar lados de nuestra personalidad que permanecen ocultos bajo la máscara de ego. Debemos entender este término como un mecanismo de defensa que nos ayuda a sobrevivir durante los primeros años de nuestra existencia. Una especie de «yo» falso, que utilizamos para refugiarnos del sufrimiento.

Con el eneagrama podemos explorarlo para, así, librarnos de él y encontrar nuestro auténtico «yo». Uno que no está condicionado por las heridas y traumas que arrastramos desde el mismo momento en el que llegamos al mundo. Porque, como Vilaseca explica en su libro Tú eres lo único que falta en tu vida, el parto es una experiencia traumática en sí misma, que origina esa primera herida que genera el ego.

Pero ¿cómo podemos usarlo? Aunque el eneagrama se considera una herramienta sencilla, para usarlo y conseguir librarnos de ego deberemos hacer un profundo trabajo de introspección, que conseguirá guiarnos por este mapa emocional.

¿CUÁLES SON LAS NUEVE PERSONALIDADES DEL ENEAGRAMA?

El primer paso que se debe dar con el eneagrama es conocer nuestro eneatipo dominante. Este nos dará muchas pistas sobre cómo se relaciona nuestro ego y, por tanto, sobre cómo nos refugiamos en él.

Los eneatipos son los siguientes:

Eneatipo 1. Se definen como personas perfeccionistas, para las que nada es nunca suficientemente perfecto. Son autoexigentes y críticas.

Eneatipo 2. Las personas con el eneatipo dos buscan ser queridas. En esta búsqueda se olvidan de sí mismas y se dedican a ayudar a los demás.

Eneatipo 3. Estas personas se caracterizan por buscar siempre el éxito y el reconocimiento. Eso hace que tiendan a ser competitivas y muy vanidosas.

Eneatipo 4. Se trata de personas que se sienten inferiores. Conviven con complejos de manera constante, lo que provoca que sean dramática, melancólicas y algo egocéntricas.

Eneatipo 5. Las personas con este eneatipo son incapaces de relacionarse de manera emocional con los demás. Tienden a ser reservadas, solitarias y priorizan la teoría sobre la práctica.

Eneatipo 6. Este eneatipo define a personas que no confían en sí mismas. Tienden a ser inseguras, ansiosas y miedosas.

Eneatipo 7. Quienes tienen este eneatipo como dominante no soportan el dolor y el vacío que tienen en su interior. Por eso se convierten en personas hedonistas e hiperactivas.

Eneatipo 8. Estas personas no soportan que las dominen ni las sometan. Por eso su personalidad se manifiesta por medio de la fortaleza, la agresividad y la intimidación.

Eneatipo 9. Las personas con eneatipo nueve evitan el conflicto por sistema. Eso hace que sean indolentes, acomodadas y conformistas.

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